¿Quién no ha sentido alguna vez un llamado mental, sensación extraña o atracción inexplicable?
Muchos de nosotros hemos sentido que otra persona nos está llamando con su mente hasta en algunos casos podemos percibir su estado emocional.
Generalmente esto nos sucede a menudo pero solemos filtrar la información por no poder explicarlo de manera racional automáticamente. Solo nos detenemos a registrar esta información cuando la respuesta llega rápidamente, como por ejemplo: Pensar en una persona que no ves hace mucho tiempo y a los minutos te llama por teléfono. Soñar que un familiar o amigo tuvo un accidente y enterarte que a sí fue, o desear comer determinada comida y cuando llegas a tu casa te la han preparado.
¿Podemos aceptar estas experiencias como otra manera de comunicación entre dos personas?
La palabra telepatía procede de los vocablos griegos tele (lejos), y patheia (sensación). Según los diccionarios, la telepatía es la coincidencia de pensamientos o sensaciones entre dos personas, sin que intervenga ninguno de los sentidos. Es la trasmisión de contenidos psíquicos entre personas, sin mediación de agentes físicos conocidos. Es la capacidad mental de los humanos de comunicar información de una mente a otra, sin usar el habla o el lenguaje corporal.
Nosotros nos conectamos con los demás sin darnos cuenta todo el tiempo. Hoy las ideas son comunicadas por la escritura o palabra hablada. Pero la humanidad va avanzando hacia otro tipo de comunicación donde este sistema será reemplazado gradualmente por el uso de la telepatía. En todo caso, el pensamiento no es más que energía más allá de lo físico, y, al igual que el universo, esa energía está en expansión.
En relación a los animales lo vemos naturalmente como al llegar su amo a la casa, su mascota siente la llegada anticipándola varios minutos antes moviendo su cola o acercándose a la puerta. Lo mismo sucede cuando el amo está enfermo o triste entonces el animal gime demostrando su dolor.
Según Robert Amadou, “La telepatía es más frecuente entre parientes y amigos que entre personas que no se conocen y en este sentido lo que importa es la armonía. No es posible imponer el pensamiento por la fuerza sino por la simpatía, la indiferencia es inhibidora; la afectividad es lo que rige la armonía telepática”.
En 1982 David Rhoades, biólogo de la Universidad de Washington, descubrió que cuando un árbol de sauce era atacado por cierta especie de oruga, sus vecinos de la misma familia secretaban al instante una sustancia que bloqueaba el crecimiento de los insectos. ¿Acaso se comunican los árboles entre sí? En este sentido, investigadores de varios departamentos de Agricultura han afirmado que algunos vegetales emiten ultrasonidos inaudibles al oído humano, los cuales pudieran alertar a seres de su misma especie, lo que podría calificarse como un caso específico de telepatía vegetal.
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