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Día del masajista

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“Manos sanadoras como las tuyas que curan dolores del cuerpo y alma”

Los masajes se basan en maniobras aplicadas al cuerpo que generan importantes beneficios en varios sistemas como el muscular, circulatorio y linfático.

Un masaje muchas veces se relaciona con una caricia o algo solo para relajar, pero es mucho más que eso, es una herramienta donde el masajista lleva en sus manos la intención de sanar y aliviar, no solo el cuerpo.

Es un intercambio de energía donde muchas veces la persona no puede creer como en una sola sesión o en varias puedan calmarse dolores de toda una vida habiendo pasado por muchos tratamientos.

Un masaje puede generar un buen descanso, alivio del estrés, y una sensación liberadora de cargas y emociones. Muchas veces al terminar un masaje, esta frase se repite: ” Parece como si me hubiera sacado una mochila pesada de encima”.

Quienes vienen a mis cursos se asombran de lo complejo que es el campo y la dedicación que tiene su estudio y práctica. Porque es brindado de una forma consciente teniendo en cuenta el cuerpo, la mente y el espíritu.

El cuerpo refleja la interacción de todos esos estados (psicológicos y emocionales), por esa razón el efecto de un masaje puede ayudar a aliviar mas allá del cuerpo.

Admiro a mis alumnos que en búsqueda de este tipo de conocimiento han viajado horas y días hasta mí, con la sed de un buscador que quiere perfeccionarse e ir por más, para poder aliviar y sanar de una forma responsable.

Hace 15 años que soy masoterapeuta y preparo alumnos. Es una gran satisfacción para mí, pasar este conocimiento y a través de ellos seguir sanando. Saben que soy una profesional que no me guardo nada, que enseño todo, les dejo todas las semillas para que puedan desarrollarlas cada uno a su tiempo y ritmo.

Ser un buen masajista, no es cuestión de contextura física, de algún estereotipo alcanzado, es cuestión de empatía, intención, preparación y entrega.

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