Hacia un nuevo paradigma 2020

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Estamos pasando un momento muy particular y a cada uno le atraviesa de forma diferente. Algunos están esperando que nazca su hijo, están con alguna enfermedad, solos, de duelo, sin trabajo, las situaciones son muy diversas, sumado a lo que esta pasando mundialmente. Es normal sentir miedo, angustia, incertidumbre y ansiedad.

El desafío es que esas emociones, no nos tomen por completo. Cuanto menos la sostengamos mejor: No es lo mismo tener momentos tristes que estar todo el día triste. Para eso debemos cuidar lo que vemos, escuchamos y hacemos. Tratar de llegar a un equilibrio a pesar de la situación. Para la psicología no hay hechos traumáticos en sí, sino cómo lo vive la persona. La capacidad de adaptarse al cambio y  sus recursos. Siguiendo esta línea y por mi formación en metafísica recomiendo o sugiero humildemente para ayudarnos entre todos reflexionar sobre estas conductas. Registrar cuándo nos estamos yendo al otro lado de la balanza perdiendo el equilibrio.

Voy a dar un ejemplo para que quede claro:

Equilibrio: Aceptar lo que está pasando. Soltar el control. No puedo cambiar la situación pero si puedo cambiar mi actitud ante los hechos ( pensar en positivo, organizar nuevos hábitos, rutinas, encontrarme con los pendientes, reflexionar desde un lugar constructivo que me permita conectarme con un objetivo claro y prioridades). Estar informados de forma moderada.

Desequilibrio: Llenarnos todo el día de información minuto a minuto de lo que va pasando, escuchando todos los audios que nos mandan, viendo imágenes indiscriminadamente, mandar información que no está chequeada o que algunos se benefician económicamente/psicológicamente con la situación. Esto hace que nos debilitemos, aumentar el miedo, la incertidumbre, paranoia y bajar nuestras defensas.

Cuidemos lo que vemos y escuchamos. Si queremos mandar algo, mandemos fuerzas, ayuda, prevención, conciencia pero desde un lugar constructivo, no generando más caos y paranoia. Porque eso no es lo que necesitamos en este momento. Esas emociones no nos sirven.

La negación del problema: No pasa nada, salgo a la calle, me junto con amigos, me voy de vacaciones o son los medios de comunicación que exageran, es una cuestión política, el virus lo tiraron, es por los laboratorios, todo plata, nos quieren dominar y controlar.

Sea por lo que sea, esto no esta en discusión ahora, no es el momento de hacer este tipo de especulaciones. Doy otro ejemplo:

Si se te incendia la casa: ¿Qué vas a hacer primero? ¿Buscar al culpable? o ¿apagar el fuego?

Necesitamos ahora tomar conciencia, tomar conciencia es cuidarnos, cuidar al otro, quedarse en casa, salir solo para las necesidades básicas. Los que tienen la función de salir como médicos, bioquímicos, gente de seguridad, limpieza etc, nos están cuidando, cuidémoslos a ellos, ¡esto es mutuo! Cuándo vamos a entender que lo que hago repercute en el otro. Es muy importante la mínima actitud que tenemos, fíjense, algo que pasa en China llegó a la Argentina. Quedarte en tu casa hoy esta salvando a miles de personas, quizás si te conectaras con eso, de que estas haciendo un acto de solidaridad puedas entenderlo. Quizás encontrando cuál es tu función en todo esto puedas pasarla mejor: Algunos ayudan meditando, rezando, quedándose en casa, otros cuidando a los mayores, cada uno tiene que hacer su parte. A vos ¿Cuál te corresponde?

Así como un virus se desparrama por todos lados usando nuestro cuerpo para poder sobrevivir, así pasa con las emociones y pensamientos negativos. Si les damos lugar, los alimentamos engordandolos tanto que toman forma y nos enfermamos (mente o cuerpo), a los demás y al mundo. Responsabilidad en lo que elegimos pensar y reproducir.

“El aleteo de las alas de una mariposa pueden provocar un Tsunami al otro lado del mundo” así como también “El simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo”.

Sé ese aleteo de una mariposa que sane el mundo.